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Familias recuerdan a 3 de las víctimas de tiroteo en Texas

Globos con los nombres de las víctimas de un tiroteo escolar perpetrado la semana pasada en un sitio de homenaje en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, el jueves 2 de junio de 2022. (AP Foto/Jae C. Hong) AP (Jae C. Hong/AP)

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UVALDE, Texas, EE.UU. (AP) — Una niña hacía sonreír a los demás. Otra era una niña creativa a la que le encantaban las sirenas, los unicornios y el color púrpura. A una tercera le encantaba jugar al sóftbol y trabajaba en mejorar su swing, practicando en el jardín de su casa.

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Las familias de Nevaeh Bravo, Maranda Mathis y Eliahna Torres participaban el jueves en los funerales de las pequeñas, como parte de más de dos semanas de luto por los 19 estudiantes y dos profesoras que fallecieron en un tiroteo perpetrado en la escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, el 24 de mayo.

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Nevaeh Bravo

Una prima comentó al diario The Washington Post que la niña de 10 años “hacía sonreír a todos” y afirmó que su muerte era “una pesadilla de la que no podemos despertar”.

Ella y otra niña de 10 años que también murió en el tiroteo, Jailah Silguero, eran amigas y una tía las describió en una publicación de Facebook como “nuestros ángeles”. Una prima comentó al USA Today que las dos niñas eran cariñosas, afectuosas y solidarias con sus hermanos. Ambas familias realizaron sus funerales en la iglesia católica del Sagrado Corazón y el de Jailah está previsto para el viernes.

La tía dijo que el nombre de Nevaeh es “Heaven” (Cielo) escrito al revés.

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Maranda Mathis

Su familia dijo en un obituario en el sitio web de la funeraria que la niña de 11 años “tenía un enorme corazón cariñoso” y la describió como dulce, inteligente y “una chica tímida” que disfrutaba pasando tiempo al aire libre. Tenía una gran imaginación y a menudo expresaba su amor por los unicornios y las sirenas, especialmente si eran de su color favorito, el púrpura, dijo la familia.

Su madre comentó a The New York Times que, aunque Maranda era tímida cuando empezó a ir al colegio, se fue abriendo y haciendo amigos a medida que avanzaba el curso. Era una niña creativa a la que le encantaba la música, correr en los días de campo de la escuela, nadar en el río y enseñarle a su madre las piedras que encontraba.

Un amigo de la madre de Maranda dijo a The Washington Post que era “divertida”, “valiente” y “muy inteligente”.

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Eliahna Torres

La niña de 10 años tenía “la sonrisa más hermosa que podía iluminar tu alma”, dijo su familia en su obituario en el sitio web de la funeraria.

“Era una persona cariñosa y compasiva a la que le encantaba ser ridícula”, decía el obituario. “Eliahna era una maestra de las bromas y le encantaba hacer reír a la gente”.

Su familia informó que pasaba horas viendo videos de TikTok, pero que había encontrado una nueva pasión: el sóftbol. Esperaba entrar en la lista de las mejores jugadoras.

Trabajó para mejorar su bateo, practicando su swing con una pelota colgada en su patio delantero por su abuelo fuera de la casa que compartía con su madre, su tía y sus abuelos, informó The New York Times. Respondía a las llamadas para que fuera a la cama diciendo: “Una más”.

Su familia la llamaba en broma “enfermerita”. Su abuelo contó al Times que, después de ser operado del corazón hace unos años, Eliahna le acompañaba en sus paseos prescritos por el médico, ayudándole a recoger las nueces que caían de los árboles que daban sombra a su barrio. Se aseguraba de que sus abuelos tomaran sus medicamentos.

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