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MSF denuncia una espiral de devoluciones de migrantes entre Lituania y Bielorrusia

La frontera entre Lituania y Bielorrusia se ha convertido para muchos migrantes en una zona de constantes devoluciones forzadas, con expulsiones exprés que pueden derivar en una espiral de cruces durante días e incluso semanas entre los dos países vecinos, según Médicos Sin Fronteras, que ha denunciado el sufrimiento mental y físico de estas personas.

MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

"Durante 30 días no nos establecimos en un solo lugar. Fuimos adelante y atrás unas diez veces entre Bielorrusia y Lituania", relata una mujer a MSF, en un relato que da cuenta de hasta qué punto estaba "traumatizada" y sólo quería "ir a cualquier lugar donde encontrara refugio para poner fin al sufrimiento".

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"Cuando nos capturaban, nos daban algo de comida en lata que estaba caducada y seca. Y aun así, ni siquiera podía comerla, la guardaba para mis hijos. Luego nos metían en coches y nos llevaban de vuelta a la frontera. Era como el gato y ratón", explica.

Su caso no es único, ya que solicitantes de asilo y migrantes, incluidas familias con niños pequeños, sufren de forma regular reiteradas devoluciones forzadas en las fronteras entre Lituania y Bielorrusia, sin que estén cubiertas sus necesidades o derechos más básicos.

El Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Lituania cifra en varios miles las expulsiones en la frontera este año y, para MSF, el Gobierno de este país está "normalizando el maltrato y la negación de derechos" de personas "desesperadas".

La coordinadora de MSF en Lituania, Georgina Brown, ha subrayado en un comunicado que "las personas que se desplazan en Lituania tienen derecho a un trato digno y humano, incluida la seguridad y la protección internacional". Sin embargo, "sabemos que a muchas de ellas se les niega todo esto y, en cambio, se encuentran varadas, aisladas y maltratadas".

Todo ello sobre unas personas que, como ha recordado la psicóloga Heidi Barg, ya arrastran en muchos casos "traumas" derivados de las situaciones y contextos de donde han huido. "Se sienten como si fueran cazadas y perseguidas a través de la frontera una y otra vez. Esto les provoca una sensación de deshumanización y un nivel de estrés y ansiedad aún mayor", ha explicado.

El temor a la devolución en frontera lleva también a los migrantes a buscar vías alternativas con menor vigilancia y, po tanto, más aisladas. Los equipos de MSF han atendido a personas con problemas en la piel y en las piernas tras recorrer largas distancias por bosques y pantanos y a personas agotadas que han dormido a la intemperie.

Algunas personas han sufrido problemas gastrointestinales tras verse obligadas a comer bayas y plantas, mientras que otras han caído enfermas por beber agua de los pantanos a causa del hambre, la sed y la desesperación. MSF teme que la situación se complique de cara al invierno.

Brown ha señalado "el invierno se aproxima y bajan las temperaturas en las zonas fronterizas boscosas", por lo que ha pedido a las autoridades lituanas que pongan fin de forma "urgentes" a las prácticas "crueles". "Las devoluciones, las vallas y otros esfuerzos de disuasión inhumanos no detendrán" a los migrantes, ha advertido.

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