KIEV, Ucrania (AP) — Rusia atacó el domingo con drones la localidad natal del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y otros objetivos, y Kiev recuperó el control absoluto de una ciudad estratégica en el este como parte de una contraofensiva que ha cambiado el curso de la guerra
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La pérdida de la ciudad de Lyman, que las fuerzas rusas empleaban como núcleo de conexión logístico y de transportes, es un nuevo golpe para el Kremlin, que recientemente se anexó ilegalmente cuatro regiones de Ucrania y ha redoblado sus amenazas de que podría utilizar armas nucleares.
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El despojo de tierras por parte del presidente ruso Vladimir Putin amenaza con llevar al conflicto a un nivel nuevo y peligroso. También provocó que Ucrania solicitara formalmente un ingreso acelerado a la OTAN.
Zelenskyy dijo el domingo que sus fuerzas ya controlan Lyman: “A las 12:30 (0930 GMT), Lyman está despejada por completo. Gracias a nuestros militares, nuestros guerreros”, declaró en un mensaje en video.
Las fuerzas armadas rusas no comentaron el domingo sobre Lyman después de anunciar el sábado la retirada de sus fuerzas del lugar hacia posiciones más favorables.
Las fuerzas armadas británicas consideraron que la recaptura de Lyman es un “importante golpe político” para Moscú, y Ucrania pareció capitalizar rápidamente sus avances.
Horas después del anuncio de Zelenskyy, la prensa ucraniana difundió una imagen de soldados ucranianos llevando la bandera nacional frente a una estatua en el poblado de Torske, a 15 kilómetros (9 millas) al este de Lyman y a poca distancia de Luhansk, una región ocupada por los rusos.
Poco después se publicó un video en internet que mostraba a un soldado ucraniano diciendo que las fuerzas de Kiev habían comenzado a enfocarse en la ciudad de Kreminna, al otro lado de la frontera de Luhansk, mientras se escuchaban detonaciones de artillería en el fondo. Corresponsales militares rusos también reconocieron ataques ucranianos cuyo blanco era Kreminna.
En otra foto, un soldado ucraniano está frente a una representación de una enorme sandía al sur de la localidad de Novovorontsovka a orillas del río Dneiper, en la frontera norte de la región de Jersón controlada por los rusos. Una bandera ucraniana ondeaba sobre la estatua y lo que parecían ser varias minas antipersonales desactivadas yacían a un costado.
Si bien las fuerzas ucranianas no reconocieron de inmediato haber logrado un gran avance en el área, escritores allegados a las fuerzas rusas han descrito una nueva ofensiva ucraniana en la región de Jersón.
En el sur de Ucrania, un ataque ruso con drones suicidas alcanzó una escuela el domingo en la madrugada y destruyó dos pisos del edificio en Krivyi Rih, la localidad natal de Zelenskyy, según Valentyn Reznichenko, gobernador de la región ucraniana de Dnipropetrovsk. La fuerza aérea ucraniana señaló el domingo que derribó cinco drones de fabricación iraní durante la noche, mientras que otros dos lograron eludir las defensas antiaéreas.
Además, cuatro hombres murieron después de que el vehículo en que viajaban impactó una mina terrestre en la región de Chernígov, señalaron autoridades el domingo.
No fue posible verificar los reportes de actividad militar de forma inmediata.
Las fuerzas ucranianas han retomado territorio, especialmente en el noreste en torno a Járkiv, en una contraofensiva en las últimas semanas que ha significado una humillación para el Kremlin y ha desatado inusuales críticas a la guerra dentro de Rusia.
Lyman, que Ucrania recapturó al rodear a las fuerzas rusas, se ubica en la región de Donetsk y cerca de la frontera con Luhansk, dos de las cuatro regiones que Rusia se anexó el viernes tras obligar a los habitantes restantes a votar a punta de pistola en unos referendos.
En su discurso nocturno, Zelenskyy declaró: "En la última semana han ondeado más banderas ucranianas en el Donbás. En una semana habrá todavía más".
En su reporte diario de inteligencia, el Ministerio de Defensa británico dijo que Lyman es crucial porque tiene “un paso de carretera vital sobre el río Siversky Donets, detrás del cual Rusia ha estado intentando consolidar sus defensas”.
La retirada rusa del noreste de Ucrania en las últimas semanas ha revelado evidencias de torturas rutinarias y generalizadas a civiles y soldados, especialmente en la estratégica ciudad de Izium, según una investigación de The Associated Press.
Periodistas de la AP localizaron 10 lugares de tortura dentro de la ciudad ucraniana, incluido un profundo pozo sin luz solar en un complejo residencial, una cárcel subterránea que apestaba a orina, una clínica y un kínder.
Los hechos recientes han desatado temores de un conflicto a gran escala entre Rusia y Occidente.
Putin dice que los recientes avances ucranianos —así como la expansión postsoviética de la OTAN— forman parte de un intento orquestado por Estados Unidos para destruir a Rusia, y esta semana elevó el nivel de sus amenazas de emplear la fuerza nuclear, en uno de sus mensajes más duros contra Occidente hasta la fecha.
Nueve integrantes de la OTAN del centro y el este de Europa que temen una eventual agresión rusa también emitieron el domingo una carta en apoyo a Ucrania.
Los gobiernos de la República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Montenegro, Polonia, Rumania y Eslovaquia emitieron un comunicado conjunto en el que apoyaban la integración de Ucrania a la alianza, y le solicitaban a los 30 miembros de la alianza atlántica que redoblen el envío de ayuda militar a Kiev.
Rusia prosiguió el domingo con medidas para hacer que su despojo de tierras luzca como un proceso legal que tiene el objetivo de ayudar a las personas supuestamente perseguidas por Kiev, con la aprobación automática de la Corte Constitucional y de proyectos de ley impulsados por el parlamento aliado del Kremlin.
Fuera de Rusia, las acciones del Kremlin han sido denunciadas como una violación al derecho internacional, y varios países de la Unión Europea han convocado a embajadores rusos desde que Putin firmó el viernes tratados de anexión con funcionarios prorrusos en el sur y este de Ucrania.
Entre tanto, crecían las preocupaciones por el destino de la nucleoeléctrica más grande de Europa después de que las fuerzas rusas detuvieran a su director.
El Organismo Internacional de Energía Atómica anunció el domingo que su director general, Rafael Grossi, visitaría Kiev y Moscú en los próximos días para tratar la situación en torno a la central de Zaporiyia. Grossi sigue presionando para que se establezca una “zona de seguridad nuclear” en torno al complejo.
La planta está en una zona de Ucrania controlada por Rusia y en una de las cuatro regiones que Moscú se anexionó de forma ilegal el viernes, y se ha visto atrapada en el fuego cruzado de forma reiterada. Técnicos ucranianos siguen manejando la central eléctrica tras la ocupación rusa, y su último reactor fue cerrado en septiembre como medida de precaución.
El papa Francisco condenó el lunes las amenazas nucleares y pidió a Putin que detenga “esta espiral de violencia y muerte”.