QUITO (AP) — La relación entre la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y el ex técnico de la selección tricolor, Gustavo Alfaro, podría terminar en los tribunales. Esto si en diez días el gremio no responde al reclamo de pago de los montos adeudados por los servicios prestados por el timonel, advirtió su representante legal.
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La defensa de Alfaro, liderada por el abogado argentino Ariel Reck, emitió un comunicado que da cuenta del envío de varios requerimientos formales a la FEF para que se cancelen las supuestas deudas pendientes y que han sido ignorados por el presidente del gremio, Francisco Egas, se informó.
Estos montos corresponden a salarios atrasados y cuotas proporcionales de Alfaro y su cuerpo técnico, premios por objetivos comprometidos desde mayo de 2022, además de impuestos, detalló la misiva.
Añadió que, según el informe económico presentado a finales de enero por la Federación Ecuatoriana de Fútbol en Quito, esta mantiene deudas no solo con el técnico argentino sino, además, con el colombiano Hernán Darío Gómez, también ex estratega de la selección.
El abogado argentino negó la cifra contemplada por la FEF de 290.000 dólares que le deben a Alfaro y aseguró que el monto es “más de diez veces mayor”, superando los dos millones de dólares.
La sentencia del experto en derecho deportivo que representa a Alfaro es que si en diez días no responden a la notificación de pago, el tema pasará “a un plano judicial en FIFA”.
Hasta el momento, la FEF no se ha pronunciado oficialmente sobre el ultimátum.
El ex director técnico argentino, quien llevó a la selección tricolor a su cuarta clasificación a una Copa del Mundo, en Qatar 2022, terminó su vinculo laboral una vez que concluyó la participación en el mundial. El cuadro ecuatoriano no logró superar la primera ronda.
La Federación Ecuatoriana de Fútbol se alista para contratar un nuevo seleccionador que deberá enfrentar a inicios de marzo en Australia los primeros partidos amistosos de la fecha FIFA. El nombre más sonado ha sido el del “Tigre” Ricardo Gareca, aunque lo que parecía una certeza se va diluyendo.