MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
"Queda mucho por hacer si queremos adherirnos a los plazos estipulados", ha lamentado el general keniano retirado Charles Tai Gituai, presidente de la Comisión Reconstituida Conjunta de Supervisión y Evaluación, que responde ante la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo de África Oriental (IGAD).
Sudán del Sur, el país más joven del mundo, lleva atascado prácticamente desde su nacimiento en 2011 en una espiral de caos que se ha acentuado estos últimos días con un nuevo conflicto entre dos viejos rivales como son el presidente, Salva Kiir, y el vicepresidente y antiguo líder guerrillero opositor, Riek Machar, por el reparto de carteras ministeriales.
El general retirado, durante el pleno de esta semana en Juba, también ha lamentado que "la puesta en marcha de la Ley Nacional para las Elecciones va muy por detrás de la fecha prevista" y el llamado Consejo de Partidos Políticos, responsable del futuro registro de formaciones políticas con vistas a los comicios, permanece inactivo.
"Como resultado de estos retratos, todas las tareas relacionadas con los preparativos electorales, entre ellas la puesta en marcha de las instituciones encargadas de su desarrollo, van muy retrasadas", ha lamentado en declaraciones recogidas por el Sudan Post.
Sudán del Sur cuenta ahora mismo con un Gobierno de unidad que echó a andar tras la materialización del acuerdo de paz de 2018 que puso fin a la guerra civil en el país.
Kiir aseguró el 22 de marzo que el Gobierno de unidad pactado tras el acuerdo de paz está preparado para organizar las elecciones y que "no habrá más extensiones" del mandato de este Ejecutivo, tras varios aplazamientos por los problemas en la aplicación de varias cláusulas del pacto.
Esta semana, Machar tildó de "flagrante violación del acuerdo de paz" la decisión del presidente del país, Salva Kiir, de nombrar a un miembro de su partido como nuevo ministro de Defensa en lugar de Angelina Teny, anterior titular de la cartera y, además, esposa de Machar.
Pese al descenso de la violencia por el conflicto político, el país ha registrado un aumento de los enfrentamientos intercomunitarios, motivados principalmente por el robo de ganado y las disputas entre pastores y agricultores en las zonas más fértiles del país, especialmente a causa del aumento de la desertificación y el desplazamiento de poblaciones.
