BRUSELAS, 13 (EUROPA PRESS)
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"Esta guerra tiene que acabar. Y para terminar tiene que haber negociaciones de paz. La mejor manera de llevar adelante estas negociaciones es la Fórmula de Paz de Ucrania, y contamos con el apoyo de China", ha asegurado el responsable de Exteriores de la UE en el marco de su visita a Pekín.
En su primera visita a China como jefe de la diplomacia europea, Borrell se ha reunido con el ministro de Exteriores, Wang Yi, en el seno del diálogo estratégico UE-China que busca allanar el camino a una cumbre de líderes antes de que acabe el año.
Borrell ha recalcado que Pekín tiene una responsabilidad especial como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y debe usar su ascendencia sobre Moscú para detener la guerra contra Ucrania y renovar el acuerdo del mar Negro para la exportación de cereal ucraniano.
"Esta guerra tiene un fuerte impacto para todo el mundo en términos de seguridad alimentaria y está causando inestabilidad global", ha afirmado, aparte de recalcar que China no debe apoyar directa o indirectamente la agresión rusa. "Hasta ahora, y doy las gracias por ello, no ha habido ningún tipo de apoyo directo", ha añadido.
DERECHO A PROTEGER ECONOMÍA DE LA UE
La visita de Borrell a China estaba también marcada por la intención de mejorar las relaciones y lograr unos lazos comerciales más recíprocos. "La UE se compromete a gestionar nuestras relaciones bilaterales de manera constructiva y responsable, porque hacerlo así redunda en nuestro interés común", ha señalado.
El Alto Representante ha apostado por tener una relación económica "más equilibrada y recíproca" con China. "Necesitamos equidad, equilibrio y reciprocidad para seguir siendo tan abiertos como somos y como queremos ser", ha asegurado.
En este punto, ha defendido que la UE cuente con instrumentos para proteger su economía y si bien el bloque va a "seguir siendo una de las economías más abiertas del mundo", a juicio de Borrell, "sin ser proteccionista a veces hay que protegerse".
De esta forma, han abordado el paso dado por Bruselas para dotarse de una nueva herramienta que permitirá a la Unión Europea responder a la coerción económica y, por lo tanto, defender mejor sus intereses y los de sus Estados miembro en el escenario mundial.