Estados Unidos, Japón y Corea del Sur han condenado de forma unánime el supuesto suministro de armas y munición por parte de las autoridades norcoreanas a Rusia para su uso en la guerra de Ucrania.
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“Esas entregas de armas, varias de las cuales ahora confirmamos que se han completado, aumentarán significativamente el costo humano de la guerra de agresión de Rusia”.
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Esas declaraciones fueron de mencionadas de forma conjunta por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken; y la ministra de Exteriores japonesa, Kamikawa Yoko, y su homólogo surcoreano, Park Jin.
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En este sentido, han afirmado que continuarán trabajando junto a la comunidad internacional para exponer los intentos de Moscú de adquirir equipo militar norcoreano.
”Frente al intento de Rusia de prolongar la guerra con la ayuda de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), seguimos decididos a apoyar la soberanía de Ucrania y sus esfuerzos para contrarrestar los efectos de la guerra de agresión de Rusia”, reza un comunicado conjunto.
Además, han señalado que están “monitoreando de cerca” cualquier material que Rusia trate de proporcionar a Pyongyang, en el marco de sus objetivos militares, al considerar que las transferencias de armas con Corea del Norte que estén relacionados con las armas de destrucción masiva “violarían múltiples resoluciones” del Consejo de Seguridad de la ONU, sobre las que Rusia votó a favor.
“Estamos profundamente preocupados por la posibilidad de cualquier transferencia de tecnología nuclear o relacionada con misiles balísticos a la RPDC”, han remarcado.
Así, han insistido en que “tales transferencias pondrían en peligro los esfuerzos actuales de la comunidad internacional para mantener las tecnologías sensibles fuera del alcance de actores que trabajan para desestabilizar la seguridad regional, amenazar la paz y la estabilidad” regional y mundial.
Por último, se han mostrado “unidos” y “decididos” en su “oposición” a las transferencias de armas y la cooperación militar relacionada entre Corea del Norte y Rusia, así como “el efecto nocivo que tales acciones tienen sobre la seguridad global y la no proliferación”.