ISLAMABAD (AP) — Pakistán está creando centros de deportación para los migrantes que están en el país de forma ilegal, entre los que se estima que hay 1,7 millones de afganos, dijeron las autoridades el jueves. Cualquiera que esté de forma ilegal en el país a partir del próximo miércoles será detenido y enviado a un centro de deportación.
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Esta es la última medida gubernamental para expulsar a los extranjeros que no tengan documentación para permanecer en Pakistán.
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En Baluchistán, en el suroeste del país, se van a habilitando tres de estos centros, indicó Jan Achakzai, vocero del gobierno regional. Uno estará en Quetta, la capital provincial.
Azam Khan, ministro jefe interino del estado noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, afirmó que en la región habrá tres centros de deportación y apuntó que más de 60.000 afganos han regresado a su país desde que se anunció el operativo.
Los migrantes que viven en el país de forma ilegal deberían marcharse antes de que venza el plazo el martes para evitar ser detenidos, añadió.
El ministro del Interior interino del país, Sarfraz Bugti, afirmó que ese plazo no se ampliará.
Bugti indicó durante una conferencia de prensa el jueves que ningún migrante sin permisos será tratado mal tras su detención.
“No se les maltratará”, dijo el mandatario, que agregó que recibirán comida y atención médica hasta su deportación, cuando se les permitirá sacar del país un máximo 50.000 rupias paquistaníes (180 dólares).
El ministro advirtió a los paquistaníes que se tomarán medidas contra ellos si se descubre que acogen a migrantes que estaban en situación irregular en el país después del 1 de noviembre.
El gobierno tiene información sobre las zonas en las que se esconden estos migrantes, agregó Bugti, quien reconoció que la deportación es un desafío para el país, pero “nada es imposible de lograr”.
Pakistán acoge a millones de afganos que huyeron de su país durante la ocupación soviética, entre 1979 y 1989. La cifra aumentó cuando el Talibán tomó el poder en Afganistán en agosto de 2021.
Islamabad sostiene que los 1,4 millones de afganos registrados como refugiados no tienen que preocuparse. Las autoridades paquistaníes niegan que su objetivo sean los afganos y afirman que el plan se centra en las personas que están de forma ilegal en el país, con independencia de su nacionalidad.
En la localidad fronteriza de Chaman, en el suroeste, decenas de miles de personas protestaron contra la medida y los nuevos planes que exigen que los residentes obtengan una visa para cruzar la frontera con Afganistán. Antes contaban con permisos especiales. Entre los manifestantes había afganos.
“Tenemos familiares en Afganistán. También hacemos negocios allí, tenemos tiendas allí", afirmó Allah Noor Achakzai, un paquistaní de 50 años.
Según contó, los afganos cruzan la frontera hacia Pakistán cada día y regresan a sus casas antes del cierre del paso fronterizo, y los ciudadanos de ambos países van de un lado a otro a diario desde hace décadas.
La semana pasada, un grupo de antiguos diplomáticos estadounidenses y representantes de organizaciones de reasentamiento pidieron a Pakistán que no deporte a los ciudadanos afganos que están a la espera de recibir una visa de estadounidense dentro de un programa para reubicar a los refugiados en situación de riesgo que huyen del régimen talibán.
La ONU hizo un llamado similar y afirmó que la represión podrían derivar en violaciones de los derechos humanos, como la separación de familias.
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Los periodistas de The Associated Press Riaz Khan en Peshawar, Pakistán, y Abdul Sattar en Quetta, Pakistán, contribuyeron a este despacho.