QUITO (AP) — El hijo de la vicepresidenta ecuatoriana, Verónica Abad, salió en libertad tras un mes y medio en una prisión de máxima seguridad de Guayaquil acusado por corrupción y después de pagar una fianza, informó el martes, el abogado Oswaldo Trujillo.
En su cuenta de X, antes Twitter, el defensor de Francisco Barreiro —quien enfrenta un proceso judicial por presunto tráfico de influencias— destacó que “con esto se demuestra que, con perseverancia, aún podemos confiar en la justicia de Ecuador” y acotó que "a partir de ahora, podrá defenderse en libertad”.
El detenido, de 28 años, hijo mayor de la vicepresidenta de Ecuador, fue apresado el 22 de marzo en un caso en el que la Fiscalía General lo investiga como único acusado por supuestamente haber ofrecido un empleo público a cambio de recibir parte del salario.
El caso surgió, según la Fiscalía, luego de que un exfuncionario de la vicepresidencia denunciara que Barreiro y otra persona le ofrecieron un puesto por el cual debía entregar 1.700 dólares, de un sueldo mensual de 3.200 dólares. Como garantía de pago, el denunciante firmó un pagaré de 30.600 dólares equivalente a un año de lo acordado.
La jueza de Garantías Penitenciarias de Guayaquil, María Fernanda Castro, suscribió la noche del lunes la autorización de excarcelación de Barreiro y ordenó su puesta en libertad al Servicio de Personas Privadas de la Libertad tras el pago de una fianza de 20.000 dólares a mediados de abril.
El hijo de la vicepresidenta estuvo detenido en una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil, denominada La Roca, a unos 270 kilómetros al suroeste de la capital, mientras se cumplía el proceso judicial.
La vicepresidenta Abad y la defensa de su hijo han rechazado el trato judicial dado a Barreiro y su reclusión en esa prisión, donde están algunos de los más peligrosos delincuentes del país. También han sido enviados allá en las últimas semanas presos involucrados en emblemáticos casos de corrupción, como un ex alto funcionario judicial o un ex asambleísta.
En la única declaración pública sobre el tema, la vicepresidenta —nombrada como embajadora extraordinaria en Israel—, negó los cargos contra su hijo y responsabilizó por su seguridad al presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, con quien mantiene una tensa relación desde la campaña electoral.