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Biden dice que no suministrará armas para que Israel ataque Rafah

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El presidente Joe Biden saluda mientras camina hacia el helicóptero Marine One para partir desde el jardín sur de la Casa Blanca, el 8 de mayo de 2024, en Washington. (Foto AP/Alex Brandon) AP (Alex Brandon/AP)

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WASHINGTON (AP) — El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el miércoles que no suministrará armas ofensivas que Israel pueda utilizar para lanzar un asalto total contra Rafah, en Gaza, debido a preocupaciones por el bienestar de los más de un millón de civiles que se refugian allí.

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En una entrevista con CNN, Biden dijo que Estados Unidos seguía comprometido con la defensa de Israel y que suministraría interceptores de cohetes para el sistema Cúpula de Hierro y otras armas defensivas, pero que si Israel entra en Rafah, “no vamos a suministrar las armas y los proyectiles de artillería utilizados”.

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Históricamente, Estados Unidos ha proporcionado enormes cantidades de ayuda militar a Israel. Eso se aceleró tras el ataque de Hamás del 7 de octubre en el que murieron unas 1.200 personas y otras 250 fueron tomadas como rehenes. Los comentarios de Biden y su decisión de poner en pausa un envío de bombas pesadas a Israel es la manifestación más notoria del creciente desacuerdo entre los gobiernos de Biden y del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Biden dijo el miércoles que las acciones de Israel en torno a Rafah “aún no” han cruzado sus líneas rojas, pero ha repetido que Israel debe hacer mucho más para proteger las vidas de los civiles en Gaza.

El envío retenido habría constado de 1.800 bombas de 900 kilos (2.000 libras) y 1.700 bombas de 225 kilos (500 libras), según un funcionario que habló bajo condición de anonimato. La principal preocupación de Estados Unidos son los explosivos más grandes y cómo podrían usarse en un entorno urbano denso.

“En Gaza han muerto civiles como consecuencia de esas bombas y de otras formas de ataque contra centros de población”, declaró Biden a CNN. “Dejé claro que si entran en Rafah —todavía no han entrado en Rafah—, si entran en Rafah, no suministraré las armas que se han utilizado históricamente para lidiar con Rafah, para lidiar con las ciudades que lidian con ese problema”.

“No nos estamos desentendiendo de la seguridad de Israel”, continuó Biden. “Nos estamos distanciando de la capacidad de Israel para hacer la guerra en esas zonas”.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, confirmó a primera hora del miércoles la suspensión temporal en el suministro de armas, y dijo al subcomité de Asignaciones de Defensa del Senado que Estados Unidos había puesto en pausa “un envío de municiones de alta carga”.

“Vamos a seguir haciendo lo necesario para garantizar que Israel tenga los medios para defenderse”, afirmó Austin. “Pero dicho esto, actualmente estamos revisando algunos envíos de ayuda en seguridad a corto plazo en el contexto del desarrollo de los acontecimientos en Rafah”.

El retraso en el suministro de armas también coincide con el hecho de que el gobierno de Biden debe emitir esta semana el primer veredicto formal sobre si los ataques aéreos contra Gaza y las restricciones a la entrega de ayuda han violado las leyes internacionales y estadounidenses diseñadas para proteger a los civiles de los peores horrores de la guerra. Una decisión contraria a Israel aumentaría aún más la presión sobre Biden para que frene el flujo de armas y dinero hacia el ejército israelí.

Biden dio el visto bueno a la pausa en el envío de las bombas en una orden transmitida la semana pasada al Pentágono, según funcionarios estadounidenses que no estaban autorizados a comentar sobre el asunto. El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca trató de mantener la decisión al margen de la opinión pública durante varios días hasta conocer mejor el alcance de la intensificación de las operaciones militares israelíes en Rafah y hasta que Biden pudiera pronunciar el martes un discurso por el Día de la Remembranza del Holocausto.

El gobierno de Biden comenzó en abril a revisar futuras transferencias de ayuda militar cuando el gobierno de Netanyahu parecía acercarse a una invasión de Rafah, a pesar de la oposición de la Casa Blanca. Los funcionarios dijeron que la decisión de suspender el envío se tomó la semana pasada y que aún no se había tomado una resolución definitiva sobre si se procedería al envío en una fecha posterior.

Los funcionarios estadounidenses se habían negado durante días a comentar sobre el envío suspendido, mientras que Biden describió el martes el apoyo de Estados Unidos a Israel como “inquebrantable, aun cuando discrepemos”.

El embajador de Israel ante Naciones Unidas, Gilad Erdan, en una entrevista con el Canal 12 de la televisión israelí, dijo que suspender el envío fue “una decisión muy decepcionante, incluso frustrante”. Insinuó que la medida se debió a la presión política sobre Biden por parte del Congreso, las protestas en universidades estadounidenses y las próximas elecciones.

La decisión también suscitó reproches del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y del líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, que afirmaron que se habían enterado de la suspensión de la ayuda militar por los reportes de prensa, a pesar de que el gobierno de Biden había asegurado que no se estaba preparando ninguna pausa de ese tipo. Los republicanos pidieron a Biden en una carta que pusiera fin rápidamente al bloqueo, afirmando que “corre el riesgo de envalentonar a los enemigos de Israel”, y que informara a los legisladores sobre la naturaleza de las revisiones políticas.

Biden ha enfrentado la presión de algunos de la izquierda y la condena de los críticos de la derecha que dicen que el presidente ha atemperado su apoyo a un aliado esencial en Medio Oriente.

“Si detenemos las armas necesarias para destruir a los enemigos del Estado de Israel en un momento de gran peligro, pagaremos un precio”, aseveró el senador republicano Lindsey Graham, durante un diálogo con Austin. “Esto es obsceno. Es absurdo. Denle a Israel lo que necesita para librar una guerra que no puede permitirse perder”.

El senador independiente Bernie Sanders, aliado de Biden, dijo en un comunicado que la pausa en las bombas grandes debe ser un “primer paso”.

“Nuestra influencia es clara”, señaló Sanders. “A lo largo de los años, Estados Unidos ha proporcionado decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar a Israel. No podemos seguir siendo cómplices de la horrible guerra de Netanyahu contra el pueblo palestino”.

Austin, por su parte, dijo a los legisladores que “se trata de tener el tipo adecuado de armas para la tarea en cuestión”.

“Una bomba de pequeño diámetro, que es un arma de precisión, es muy útil en un entorno denso y edificado”, indicó, “pero quizá no tanto una bomba de 2.000 libras que podría crear muchos daños colaterales”. Agregó que Estados Unidos quiere que Israel realice operaciones “más precisas”.

El martes, las tropas israelíes tomaron el control del paso fronterizo de Rafah, en Gaza, en lo que la Casa Blanca describió como una operación limitada que no llegó a ser una invasión israelí total de la ciudad, contra la que Biden ha advertido repetidamente por motivos humanitarios, la última vez en una llamada el lunes con Netanyahu.

Israel ha ordenado el desalojo de 100.000 palestinos de la ciudad. Las fuerzas israelíes también han llevado a cabo lo que describen como “ataques selectivos” en la parte oriental de Rafah y han capturado el paso fronterizo de Rafah, un canal fundamental para el flujo de ayuda humanitaria a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto.

En privado, la preocupación por lo que está ocurriendo en Rafah ha aumentado dentro de la Casa Blanca, pero públicamente los funcionarios del gobierno han destacado que no creían que las operaciones hubieran desafiado las advertencias de Biden contra una operación a gran escala en la ciudad.

El Departamento de Estado está estudiando por separado la posibilidad de aprobar la transferencia continuada a Israel de los llamados paquetes de municiones de ataque directo conjunto, que colocan sistemas de guía de precisión en las bombas, pero la revisión no se refería a envíos inminentes.

Itamar Yaar, exjefe adjunto del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, afirmó que la decisión adoptada por Estados Unidos es en gran medida simbólica, pero una señal de problemas que podrían agravarse si se mantiene.

“No se trata de una especie de embargo estadounidense sobre el apoyo de municiones estadounidenses, pero creo que es una especie de mensaje diplomático al señor Netanyahu de que debe tener en cuenta los intereses estadounidenses más de lo que lo ha hecho en los últimos meses”, dijo. “Al menos por ahora no afectará a la capacidad israelí, pero es una especie de señal, un ‘ten cuidado’”.

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Los periodistas de Associated Press Josef Federman en Jerusalén y Lolita C. Baldor y Matthew Lee contribuyeron a este despacho.

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