JERUSALÉN (AP) — El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu señaló el miércoles que Israel debe mantener un control indefinido de la frontera entre Gaza y Egipto, reiterando su postura respecto a un asunto que ha amenazado con descarrilar los intentos por lograr un cese del fuego.
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En tanto, Estados Unidos elabora una nueva propuesta de alto el fuego y liberación de rehenes, con la esperanza de acabar con un estancamiento y poner fin a una guerra de casi 11 meses.
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La cuestión del control del Corredor Filadelfia —una estrecha franja de tierra a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, de la cual Israel asumió el control en mayo pasado— se ha convertido en uno de los principales obstáculos en las negociaciones. Hamás ha exigido un retiro absoluto de las fuerzas israelíes de Gaza como condición para alcanzar un acuerdo de tregua a implementarse en varias fases.
Egipto, mediador en las negociaciones junto con Estados Unidos y Qatar, también ha exigido un plazo establecido para el retiro de las fuerzas israelíes del Corredor Filadelfia. Además, Emiratos Árabes Unidos, que estableció relaciones formales con Israel en 2020, también criticó el miércoles la postura israelí.
En declaraciones a periodistas internacionales, Netanyahu reiteró su postura de que Israel debe mantener el control de la frontera para evitar que Hamás se reabastezca de armas de contrabando. Dijo que garantizar que Hamás no sea capaz de repetir su ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel es una parte fundamental de sus objetivos de guerra.
“Se debe desmilitarizar Gaza, y esto sólo puede ocurrir si el Corredor Filadelfia permanece bajo control estricto”, afirmó, asegurando que soldados israelíes han descubierto decenas de túneles bajo la frontera.
Dijo que Israel únicamente sopesaría la posibilidad de retirarse del corredor si le presentan una propuesta para una fuerza alternativa que resguarde la zona.
“Traigan a cualquiera que realmente nos demuestre que en verdad puede evitar una reincidencia” en el contrabando, explicó. “No veo que eso esté ocurriendo en este momento. Y hasta que eso ocurra, estaremos allí".
Los familiares de los rehenes restantes han intensificado sus exigencias de que él concrete un acuerdo después de que Hamás mató a seis de los cautivos la semana pasada mientras las fuerzas israelíes estaban por rescatarlos. En declaraciones públicas cargadas de indignación, familiares de los rehenes han acusado a Netanyahu de impedir que se alcance un acuerdo y de posiblemente sacrificar las vidas de sus seres queridos con tal de mantener control del corredor fronterizo. Cientos de miles de israelíes han salido a las calles en los últimos días para exigir un acuerdo y decir que el tiempo se acaba para traer con vida a los rehenes de regreso a casa.
En respuesta, Netanyahu aseguró que su postura era necesaria para “garantizar que Hamás no represente una amenaza para Israel”.
“Puedo entender el calvario de las familias”, afirmó. “Pero la responsabilidad de los gobernantes no es sólo compartir el sentimiento, las emociones, sino también actuar con discernimiento”.
Ante la pregunta de algunos periodistas sobre un plazo para el fin de la guerra, Netanyahu se negó a establecer uno. “¿Cuánto tiempo podemos hacer esto? El tiempo que sea necesario para conseguir esta victoria. Y pienso que nos estamos acercando mucho”, respondió.
Netanyahu insistió en repetidas ocasiones que controlar la frontera también añadiría presión sobre Hamás para liberar a los rehenes. En cierto momento declaró erróneamente que la invasión a Rafah de mayo pasado obligó a la primera liberación de rehenes por parte de Hamás, la cual ocurrió muchos meses antes, en noviembre, como parte de una tregua de una semana. Luego añadió que el acuerdo fue “resultado de nuestra invasión, de la presión militar que aplicamos sobre ellos”.