GOMA, República Democrática del Congo (AP) — Los rebeldes respaldados por Ruanda que tomaron una importante ciudad en el este de la República Democrática del Congo declararon un alto al fuego unilateral el lunes, citando razones humanitarias, pero no hubo señales de que renunciaran al control de Goma, en el corazón de una región con riquezas minerales valoradas en billones de dólares.
El anuncio se produjo poco después de que la agencia de salud de la ONU dijera que al menos 900 personas murieron en los enfrentamientos de la semana pasada entre los rebeldes del M23 y las fuerzas congoleñas tras la captura de Goma, una ciudad de 2 millones de habitantes.
Luego se informó que los rebeldes avanzaban hacia otra capital provincial, Bukavu, mientras prometían continuar hacia la capital congoleña, Kinsasa, a 1.600 kilómetros (1.000 millas) de distancia.
“Debe quedar claro que no tenemos la intención de capturar Bukavu ni otras áreas. Sin embargo, reiteramos nuestro compromiso de proteger y defender a la población civil y nuestras posiciones”, dijo en un comunicado el portavoz del M23, Lawrence Kanyuka.
No hubo comentarios inmediatos del gobierno del Congo. El anuncio se produjo antes de una cumbre conjunta esta semana de los bloques regionales del sur y este de África, que han pedido un alto al fuego. El presidente de Kenia, William Ruto, dijo el lunes que los presidentes de Congo y Ruanda asistirían.
Los rebeldes del M23 cuentan con el respaldo de unos 4.000 soldados de Ruanda, según expertos de la ONU, mucho más que en 2012 cuando capturaron Goma por primera vez y luego se retiraron tras la presión internacional. Son el grupo armado más fuerte de los más de 100 que luchan por el control en el este rico en minerales del Congo, que alberga vastos depósitos críticos para gran parte de la tecnología mundial.
Los últimos enfrentamientos obligaron a miles de desplazados por años de conflicto a huir nuevamente. Miles se dirigieron a la vecina Ruanda, que ha negado apoyar al M23.
Los enfrentamientos en el Congo se originan de un conflicto étnico que lleva décadas.
El M23 dice que está defendiendo a los tutsis étnicos en el Congo. Ruanda ha afirmado que los tutsis son perseguidos por los hutus y antiguas milicias responsables del genocidio de 800.000 tutsis y otros en Ruanda en 1994.
Muchos hutus huyeron al Congo después del genocidio y fundaron las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, una organización armada. Ruanda dice que el grupo está “totalmente integrado” en el Ejército congoleño, que niega las acusaciones.
El lunes, familias desesperadas por identificar a sus seres queridos llegaron a las morgues mientras se cargaban bolsas de cadáveres en camiones para entierros en Goma.
Chiza Nyenyezi recordó lloranzo cómo su hijo murió por una herida de bala.
“Un muzalendo le disparó en la espalda (y) salió por su pecho”, dijo Nyenyezi, refiriéndose al grupo miliciano aliado del Ejército congoleño. “Todo su pecho estaba abierto”.
Louise Shalukoma dijo que el cuerpo de su hijo no pudo ser recuperado inmediatamente de las calles porque una bomba detonó cuando la gente intentaba recuperarlo.
“Dios mío, mi cuarto hijo, cuando vi que estaba muerto, dije, ‘Señor, ¿qué voy a hacer?’”, lamentó. “Esta guerra del M23 vino por mí en Goma”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

