Aunque tan solo con escuchar su nombre y ver la portada de la película lo que primero se venga a la mente es una típica cinta biográfica, no lo es. En las manos del reconocido director Baz Luhrman, la película toma un rumbo diferente y conecta los sentidos de los espectadores con la vida misma del artista, conduciéndolos por una montaña rusa de emociones de principio a fin.
Un variado juego de cámaras que busca sacar los diálogos y otras escenas de lo convencional van imponiendo el estilo del Luhrman. A ello se añade la importantísima y muy bien conseguida actuación del estadounidense Austin Butler, quien emula casi a la perfección los movimientos, formas y expresiones de la recordada estrella de la música. No por nada la película fue ovacionada de pie durante varios minutos cuando fue presentada en el Festival de Cannes.
Butler tuvo un año y medio de preparación, lo que le permitió dejarse poseer por el espíritu de Presley para llegar a dar tan magnífica actuación. Cabe recalcar que para ello también tuvo detrás a un importante equipo como la reconocida entrenadora de movimiento Polly Bennet, quien trabajó junto a Rami Malek para interpretar a Freddy Mercury en la afamada “Bohemian Rhapsody”.
Para nada hay que olvidar al gran Tom Hanks, quien en esta cinta logró mostrar la verdadera cara del “Coronel” Tom Parker, personaje que desarrolla la historia a partir de su visión pero que demuestra que su presencia en la vida de Elvis Presley, aparte de conseguirle éxito y fama, también lo llevó a convertirse en una especie de marioneta al servicio de un círculo social que lo veía como “la gallina de los huevos de oro”.
La película también palpa aspectos sociales y políticos de la época, mostrando la influencia de la música en el ámbito cultural y cómo ello logró transformar diferentes aspectos de la sociedad. Con ello obviamente se ve involucrado Presley, quien sirvió como un punto de referencia de dicha transformación.
A todas estas, no cabe duda alguna que el filme se disfruta, se nota el arduo trabajo que existió en la construcción de la historia e invita a seguir revisando los datos poco conocidos de este Elvis triste, íntimo y, en varias ocasiones, abandonado.